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Samsung C406: un celular inolvidable

Cuando perdí mi Motorola V220i aquella tarde maravillosa del siete a cero, pensé que con la llegada del nuevo Samsung C406 lo iba a olvidar rápidamente.

En efecto: un modelo elegante, a muy buen precio, a primera vista con prestaciones similares. Sin embargo, cuando escribí mi fastidio por ese intento descarado de estafa que suponía un seguro casi más caro que el propio equipo, ya venía sospechando que detrás de esa cara bonita no había muchas luces ni sentido común.

Imposible -al menos para mi torpe inteligencia- descubrir qué versión del software tiene este teléfono. Sí sé que lo recibí a fines de octubre de 2006 y que no ha recibido actualizaciones ni cambios desde que lo saqué de su caja.

No parece, sin embargo, haber sido probado exhaustivamente: algunas de las características (a esta altura no tengo por qué creer que sean errores) avergozarían a cualquier programador que se precie de tal si aparecieran en un desarrollo en fase beta. Por ejemplo:

La interfaz se encuentra en idioma español. Sin embargo, no es posible escribir vocales con acento ortográfico agudo -el tilde utilizado en la lengua española- es decir, á í ó ú (excepto la é, que por alguna cuestión inexplicable existe). Sin embargo, es perfectamente posible escribir cosas como ä, Ã¥, í, u otras combinaciones de tildes y signos inexistentes en este idioma.

Más curioso aún es que cuando se utiliza el sistema pomposamente denominado T9, que es el conocido modo “predictivo”, hay algunas palabras que obtienen sus tildes correctos como por arte de magia, pero sólo algunas. Cuando uno quiere escribir esa misma palabra en modo normal, mejor olvídese del acento ortográfico.

Quizás esto no logre afligir a mucha gente, pero siguiendo en el rubro mensajes de texto es probable que lo que sigue logre irritar a muchos más: Jamás lograrán borrar todos los mensajes de su bandeja de entrada de una sola vez.

En efecto, llega el día fatídico en que la memoria se agota y un cartelito anuncia que no podrán ingresar más mensajes de texto si no se borran algunos ya viejos. Cuando uno lee que tiene 235 mensajes en la bandeja de entrada, va al menú, luego a mensajes, luego a borrar y finalmente elige “Borrar todo”. Como si “todo” no fuera suficientemente preciso, el programador ha decidido preguntar “Mensajes de texto”. Uno selecciona esa opción y cual broma implacable aparece un nuevo menú cuya primer opción es “Todos los mensajes” (ya volveremos sobre este punto, una cuestión incomprensible en este teléfono consiste en los larguísimos caminos que hay que hacer para lograr casi cualquier cosa). Bien. Cuando se hace “ok” sobre esa opción, el teléfono dirá, lacónicamente “Vacía”. Bueno, un error lo tiene cualquiera. Seleccionamos entonces “Bandeja de entrada (teléfono)”. Vacía. Quizás es que habíamos guardado sin saber todos los mensajes en la tarjeta SIM, entonces le damos “ok” en “Bandeja de entrada (SIM)”. Nuevamente vacía. Vamos entonces a la Bandeja de entrada, que, porfiada, insiste en que hay 235 mensajes ocupando espacio. Un bochorno. Hay sin embargo una única manera de borrar todo: si se seleccionan al mismo tiempo todas las bandejas. Seleccionando de a una, la respuesta inevitable será que están vacías. Como se puede ver, el software del simpático Samsung C406 está dominado por una lógica implacable.

La otra cuestión genial del modo de escritura T9 es que no está diseñado para aprender: muchas veces tecleo 6632 para escribir la palabra “onda” pero inevitablemente se escribe “moda”. El software, sin embargo, no ha sido pensado para recordar que jamás selecciono la palabra “moda” y persiste eternamente en su loca sugerencia. Peor es cuando directamente no conoce la palabra: en ese caso, por supuesto, hay que escribirla letra por letra, pero el sistema no la registrará, por lo que cada vez que se repita habrá que volver a deletrearla. Lo más incómodo es que cuando se pasa del modo T9 al modo alfabético, también se resetea el modo mayúsculas/minúsculas, con lo que aparecerá una mayúscula aunque se esté en el medio de la palabra. Cualquiera que tenga un teléfono que no sea este ridículo Samsung sabrá que estas son operaciones elementales resueltas en sistemas que llevan algunos años en el mercado.

Pero una de las cosas más curiosa es su camarita fotográfica: un accesorio ya habitual en los teléfonos celulares. Resulta que el Samsung C406 no tiene conectividad, es decir, no puede conectarse a una computadora. Carece de puerto USB y no tiene Bluetooth, por ende, la única manera de poder manipular, imprimir o hacer lo que sea con las imágenes que se toman desde el celular es enviarla como mensaje multimedia a una dirección de correo electrónico. Sin embargo, yo tengo prisionera en el teléfono una bonita foto que tomé en el partido Estudiantes de La Plata – Nueva Chicago, y cada vez que intento enviarla a mi correo me señala que el tamaño del archivo es demasiado grande y que no la puede enviar, con lo que la cámara se transforma en un accesorio inútil.

Es también un bochorno su uso de los archivos de sonido. Las opciones de sonido de llamada son bastante escandalosas, pero es preferible usar cualquiera de las melodías pregrabadas antes que caer en la trampa de bajar una melodía distinta de internet: nunca podrás usar ese archivo como tono de llamada. La nueva canción jamás podrás encontrarla entre las opciones para personalizar los sonidos del teléfono, estará escondida en la sección “Entretenimiento” y la única opción será reproducirla para escucharla. Olvídate entonces de los ringtones.

Entre las opciones ridículas que se presentan para hacer casi cualquier cosa, la que menos he logrado comprender es la que aparece cuando uno desea enviar un mensaje de texto a un contacto que figura en la agenda. Cuando uno termina de escribir el mensaje, aprieta “Opción”, luego “Enviar”, luego aparece un cuadro para ingresar el número de destinatario, pero se pasa de largo con la opción “Agenda”, luego uno selecciona el nombre del destinatario, entonces aparece el número de ese contacto, se presiona “ok”, y en lugar de enviar el mensaje sin más trámite, aparece nuevamente el número pero con la posibilidad de editarlo… y hay que darle otra vez al “ok” para lograr que el mensaje parta por el ciberespacio. Si alguien me explica la necesidad del paso intermedio que habilita la edición del número, lo agradeceré vivamente.

Samsung C406estoy deseando perder el celular para así contar con una buena excusa para volver a tener un teléfono con sentido común.


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